24 junio 2007

"Tideland" de Terry Gilliam

He de reconocer que admiro a Terry Gilliam. Desde sus cortinillas y animaciones para los Monty Phyton, pasando por sus delirios medievales, hasta sus incursiones en Hollywood. Tiene un universo, un mundo que solo es de Gilliam, y de nadie más. Remarco esta última apreciación, porque es ahí donde radica el mayor problema de su última película, "Tideland". Este filme sólo está concebido para la autocomplacencia de Gilliam, sin tener en cuenta en ningún momento al espectador. Es aburrida, se hace eterna, y no existe ninguna estructura dramática. La película se compone de pinceladas de autor (excelentes, por otra parte), pero eso no es suficiente. Gilliam se ha hecho una paja mental (como ya hizo en "Miedo y asco en Las Vegas", quizás el filme más próximo a "Tideland", en estilo y ritmo). Lo peor de todo esto es que en "Tideland", Gilliam tenía todos los ingredientes para realizar su mejor película hasta la fecha. Una revisitación al mundo de Lewis Carroll y su Alicia en el Pais de las Maravillas. Aqui Alicia está representada en una niña de 11 años (el gran descubrimiento de la película, Jodelle Ferland, impresionante...) que se sumerge en un mundo no precisamente maravilloso, sino más bien todo lo contrario. "Tideland" podría haberse convertido en "La noche del cazador" del siglo XXI. Pero desgraciadamente la última paranoia de Terry Gilliam se resume en una frase: Lo que pudo haber sido y no fue.


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