02 junio 2008
Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal
Han tenido que pasar dos semanas para enfrentarme a la crítica de la nueva película de Indiana Jones. Yo soy uno de esos (y somos muchos, toda una generación) que en los primeros albores de nuestra infancia nos marcó una película llamada "En busca del arca perdida". Es más, reconozco que es la película que despertó en mi el gusanillo por el cine (y no solamente como cinéfilo, sino también como director). Fui un niño feliz gracias a Indiana Jones. En plena adolescencia me encontré con aquella última cruzada. Aunque su primer visionado me defraudó un poco, volví al cine unas cuantas veces, porque sentía que con aquella película terminaba una etapa. Una parte muy importante de mi infancia que llegaba al ocaso con la silueta de cuatro jinetes cabalgando hacia el sol. Ahora, casi veinte años después, llega una cuarta parte de nuestro querido aventurero. Y solo tengo una palabra para describir la sensación que me produjo al salir del cine: tristeza. "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal" acaba de entrar en ese grupo de películas de Spielberg que todos odiamos (llamese Hook, 1941, Jurassic Park I y II, etc...). Spielberg y Lucas (a partir de ahora la gran duda siempre será quién es el culpable de tal despropósito) llevan un año diciendo que está película se ha hecho para los fans, que se respetaría el espíritu de la antigua trilogía, que mantendrían el look visual de las anteriores, etc.... Todo mentiras, o quizás una percepción erronea de lo que tenían entre manos. No entraré en detalles de la película (para eso están los foros y críticas diversas que podreis encontrar en Internet, y con diversidad de opiniones), pero si quiero analizar el porque esta película ha salido tan, llamemosle y siendo benévolos, irregular. Creo que por un lado, un proyecto de Hollywood que pasa por tantos guionistas, desde el principio huele mal. Es decir, no dudo de la voluntad de superación de sus creadores, de encontrar el guión perfecto. Pero hace unos años, un tal Frank Darabont escribió una versión que contentó enormemente a Spielberg y a Harrison Ford. Pero llegó nuestro amigo Lucas, y lo desechó. ¿Los motivos? Aún no se saben, pero si se hizo público el cabreo que se pilló Darabont con el creador de la saga de las galaxias. En la máquina industrial hollywodiense todo funciona de una manera muy profesional. Cuando se encarga un guión, se renumera cuantiosamente. Entonces, ¿por qué Darabont se cogió tamaño cabreo al negarsele su guión, cuando seguro que cobró su cheque, al igual que lo hicieron anteriores guionistas que trabajaron en el proyecto? Sinceramente, porque creo que Darabont creía en la historia y en el proyecto. Frank Darabont (director de películas como "Cadena Perpetua", "La milla verde" o más recientemente "La niebla") no necesitaba que se le ligase con la trilogia de Indiana Jones, a nivel de prestigio artístico. Él ya ha conformado una obra personal, y posiblemente es uno de los directores más reputados y reconocidos en Hollywood. Pero sabía que George Lucas se estaba equivocando. Y creo que hoy por hoy, todos reconocemos que Lucas fue perdiendo fuelle a mediados de los 80, y que en la actualidad solo brilla como hombre de negocios, no como cineasta (sino veáse la nueva trilogía de Star Wars, donde episodio tras episodio, iba evidenciando los errores cometidos, y sólo consiguió una película destacable en la última hora y media del Episodio III). Bien, llegados a este punto, se decidió contratar a David Koepp, guionista que ya había trabajado con Spielberg (desgraciadamente en alguna de sus películas más denostadas, como "El mundo pérdido" o "La guerra de los mundos"). El problema de Koepp es que no creo que estuviera tan ligado al universo Indiana Jones como si lo estaba Darabont (quién en el pasado escribió varios episodios de la serie "El joven Indiana Jones"). Koepp es uno de los guionistas de encargo de Hollywood (ha firmado obras tan dispares como "Mission Imposible", "Spiderman", "The Shadow"...¡!), aunque en su haber cuenta con buenos guiones como los de "Atrapado por su pasado" o "La muerte os sienta tan bien". Nunca me inquietó la elección de Koepp, ya que para escribir una película de Indiana Jones uno no tiene que ser necesariamente un genio, aunque si tienes que conocer las reglas del juego. Vista la película, es evidente que David Koepp no las conocía. Los diálogos, la continuidad de secuencias, el planteamiento de la trama, los actos..., no tienen absolutamente nada que ver con las antiguas películas. Es más, está a años luz. A parte del guión (del que aún no he leido ninguna buena crítica en diferentes medios), nos encontramos ante una de las peores puestas en escena de Spielberg de los últimos años. A parte de alguna escena rescatable (como ya ocurría en las mediocres Jurassic Park I y II), se nota que Spielberg ya no siente a gusto con este género. Es un director que ha evolucionado, que ha madurado con los años, al igual que su habitual equipo de colaboradores. No puedes pedirle a un director de fotografía tan personal como Janusz Kaminski, que imite la fotografía del gran Douglas Slocombe (director de foto de las tres entregas anteriores). Lo único que te ofrecerá es un batiburrillo de propuestas fotográficas, sin ningun sentido. Y la misma falta de sensibilidad con el género, mermada también por el paso del tiempo, ocurre con John Williams (músico) o Michael Kahn (montador), que se dedican simplemente a realizar un "copy-paste", quitándole toda la magia al producto y, como posiblemente pasa con Koepp, se acaban conviertiendo meros funcionarios asalariados. Creo que en esta nueva parte de Indiana Jones, el único que ha creído en el proyecto desde el principio, y así lo demuestra en pantalla, es Harrison Ford. Es una lástima, una verdadera lástima, que el resto no le acompañe.
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