Pixar, bendita tu eres entre todas las compañías de animación, y bendito es tu nombre en el vientre de Walt Disney... Amén!! De nuevo lo han conseguido. Año tras año la empresa fundada por el maestro John Lasseter y auspiciada por Disney, nos obsequia con una joya del cine de animación. Una obra maestra que traspasa las fronteras del pixel, para colocarse posiblemente entre una de las cinco mejores películas del año. "Wall-E" es arte en estado puro. No solamente se superan técnicamente, sino que de nuevo los de Pixar vuelven a creer en el concepto de la buena historia, en que sin un buen guión el todo no funciona, aunque lo adornes con estupendos y fantásticos efectos especiales. No es suficiente una sucesión de gags protagonizados por ogros verdes o pandas karatekas. Ante todo hay que creer en el guión, en unos personajes que conecten con el espectador, y en una historia, posiblemente mil veces contada, pero que funciona dentro de un engranaje perfecto. Pero esta vez, Pixar y el director de esta función, Andrew Stanton, van más allá. Son capaces de presentarnos una película sin apenas diálogos, con unos primeros cuarenta minutos que van a pasar a los anales del cine de animación. Aunque hacia el final la película pierde algo de fuelle (aunque quizás por la convencionalidad de las situaciones, después de una primera parte donde deján el listón muy, pero que muy alto), aún así supera con creces al resto de películas de animación vistas este año. Recomiendo encarecidamente "Wall-E", posiblemente lo mejor del año, a la espera del caballero oscuro.
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