Gran Torino

Tras su estreno, muchos son los críticos que consideran a “Gran Torino” una obra menor de Eastwood. Es cierto que la ha rodado el mismo año que “El intercambio”, y con la mitad de tiempo y de presupuesto que tenía ésta. También es cierto que la película tiene algunos defectos, tanto de puesta en escena como de dirección (o mejor dicho, elección) de actores, y que Clint Eastwood durante la primera media hora está algo sobreactuado. Pero cuando la película llega a su zona central, cuando Eastwood se siente cómodo con un guión que contiene sus mejores pasajes contando la relación entre el maestro Easwood y el aprendiz chino, la cosa mejora, e incluso se sitúa entre sus mejores filmes. La mejor palabra para definir a esta película es sencillez, tanto en su propuesta como en el resultado final. Creo que el tiempo colocará a “Gran Torino” entre las mejores películas de Clint Easwood, cuando el maestro ya no esté entre nosotros. Porqué posiblemente esta sea su despedida frente a las cámaras, y esperamos que para el bien del séptimo arte, aún le queden muchas detrás de ellas.