En los manuales de dirección cinematográfica debería venir un capítulo titulado: "Cómo rodar un cacillo con agua hirviendo". Eso es prácticamente lo que hemos hecho hoy. Rodar un cacillo con agua hirviendo. Por varias y extrañas razones le hemos dedicado al asunto casi dos horas. En poco tiempo el inerte objeto ha obtenido tal protagonismo, que se merece aparecer cómo fondo de pantalla en algún menú del futuro dvd. Bromas aparte, día relajado y último plano de Ana en Raixa. La semana que viene volvemos a Orient y empezaremos en Bunyola. La que nos espera...
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